Famosos enredados: breve resumen de un Tapas & Tweets diferente

Comparto con vosotros el post que escribí para el blog de Tapas&Tweets con ocasión del encuentro que tuvo lugar anoche, a las 20.30, en el Café República de la Alameda de Hércules. El tema era el de los famosos en redes sociales (#FamososEnredados), para lo que contamos con la presencia de Pepe García de Tejada y Llorente, que animó sobradamente el evento con su entrega, vitalidad y buen humor. Por no mencionar que colaboró muy activamente en dotar a este #TandT de contenido gracias a sus llamadas, en pleno directo, a Pipi Estrada, Miguel Temprano y David Meca para que pudieran dar su opinión sobre el fenómeno de las redes sociales. Sin duda, unas intervenciones curiosas e interesantes que nadie esperaba, y que contribuyeron a hacer de este Tapas & Tweets algo diferente, animado y divertido.

Importante mencionar también la presencia en la mesa de Ricardo Pabón, que hizo algunas reflexiones sobre la situación de diferentes personajes públicos en redes sociales; Daniel Alcántara, que aportó una valiosísima visión desde el punto de vista legal como abogado especializado en este medio; y Carlos Ojeda, actuando como moderador y planteando también interesantes cuestiones a ponentes y público.

¿Están los famosos preparados para comunicarse en redes sociales? ¿Son realmente conscientes de los "riesgos" que corren siendo ellos mismos? ¿Community Manager o no Community Manager para gestionar sus cuentas personales? Son preguntas para las que cada uno de nosotros tenía su propia respuesta ayer en Tapas & Tweets.

Yo os dejo a continuación mi planteamiento, que fue con el que colaboré para el blog en esta edición, y que titulé "Famosos en redes sociales: la 'humanización' de un mito":
"Famosos enredados”. No podía haberse elegido mejor el título para el tema que trataremos el próximo jueves 24 en una nueva edición del Tapas & Tweets. Y es que si algo están demostrando muchos de los famosos que se han adentrado en el universo de los medios sociales es, desde luego, una enorme facilidad para enredarse. Ellos solitos. Sin ayuda de nadie.  
Creo que la mayor parte de los casos han sido tan sonados que no es necesario recordar cómo se las gasta Bisbal de turismo, o lo mucho que le gustan los torosa Andrés Calamaro, por citar sólo dos de los ejemplos más conocidos. Sin embargo, hoy voy a hacer un poco de abogado del diablo. La reflexión que quiero plantear de cara al próximo jueves 24 es otra: ¿qué esperamos realmente de los famosos en redes sociales? Y me explico. En mi opinión, estamos quizá demasiado acostumbrados a esos ídolos mediáticos de apariencia y maneras casi perfectas, pero… ¿de verdad creemos que son así cuando una cámara no les enfoca? Si nos paramos a pensarlo, resulta hasta cierto punto normal verles cometer fallos, escribir con errores gramaticales u ortográficos, dar opiniones controvertidas, entrar en polémica con sus seguidores… Resulta normal, en fin, ver que los famosos también son humanos. 

Y ahí es donde quería llegar. En el fondo, ¿no va de esto lo de las redes sociales? ¿De que todos nos mostremos tal y como somos? ¿Hasta qué punto podemos presumir de ser nosotros mismos en Twitter o Facebook y, al mismo tiempo, pretender que los famosos continúen siendo tan perfectos como cuando actúan con palabras y gestos estudiados en televisión? ¿Acaso no es precisamente eso lo bueno de las redes sociales, el ver que son “reales” y están más cerca de fans, simpatizantes o simples curiosos aunque sólo sea a través de los mismos errores que todos cometemos a veces? 

A raíz de los trending topics que surgieron con las más sonadas pifias de estos personajes públicos, muchos dijeron no entender por qué no contrataban community managers para gestionar sus perfiles. Pero digo yo... ¿no es exactamente esto lo que hemos venido criticando, por ejemplo, a los políticos en Twitter? ¿Qué valor tiene un famoso en redes sociales si cada uno de sus mensajes proviene en realidad de un CM? En mi opinión, dejando de lado a las hordas de fans incondicionales (los cuales dudo siquiera que reaccionen negativamente a cualquier tropiezo de su ídolo), lo que el usuario medio, más racional y comedido, busca al seguir a un famoso es precisamente ese acercamiento a la figura real, original y única del personaje, basada en la seguridad de que es él mismo. 

¿Queremos tener la certeza de que esos ciento cuarenta caracteres provienen de ese deportista, actor, cantante o político que seguimos, aun a costa de una “humanización” del mito basada en los errores que cometa? ¿O preferimos la respuesta enlatada, medida al milímetro por su CM o responsable de comunicación, siendo muy probable que el propio personaje jamás llegue a saber que esa conversación se produjo? 

La respuesta, en cualquier caso, parte de la misma base: nos guste o no, el famoso en redes sociales seguirá siendo famoso. Pero ya no será perfecto."

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